lunes, 17 de junio de 2013

[UTA NO☆PRINCE-SAMA♪ MAJI LOVE 2000%] - Capítulo siete: Promise to Sirius

En este episodio contamos con nuestro querido Natsuki para hacer una entrada digna de su entusiasmo, ya que no  sólo consigue destrozarnos los tímpanos gracias a sus gritos de júbilo sino que también se lleva por delante a cierto rubio en lo que podríamos considerar un abrazo de oso con el cual, estoy completamente segura, ha acabado por reventarle - al menos - una costilla en el acto.

¿A quién podría hacerle yo daño...?

Resulta que el chico de las gafas por fin ha tenido la suerte de conseguir un trabajo para poder aportar su granito de arena y ayudar a sus compañeros a ser nominados para el UtaPri Award que tanto ansían: tiene que ser el modelo de un anuncio para una barra de labios en televisión, ¡y lo que más le emociona de todo es que suena como un trabajo varonil, fuerte y maduro!

...Algo que definitivamente no va en absoluto con su personalidad como nos hacen comprender sus compañeros de grupo mediante una serie de visiones - aunque yo más bien lo calificaría de recuerdos - en las que Jinguji Ren ve su madurez con un flotador de Piyo mientras ríe alegremente por la playa, Hijirikawa Masato lo imagina como una princesa Disney en representación de su fuerza e Ittoki Otoya lo imagina comiendo un helado de fresas que parece bastante delicioso para restarle masculinidad.

Como todos sabemos, los helados de fresa no están permitidos para los hombres de verdad, y por eso Otoya los ha acabado por censurar con un no, no de su dieta.


¡Digamos no, no a los helados de fresa!

Obviamente para un inocente Natsuki que no tiene ni idea de que sus características dejan mucho que desear para llegar a ser lo que ha escrito, lo desesperanzados que puedan estar sus compañeros al respecto no tiene ni la más mínima importancia, así que marcha ante la atenta mirada de todos mientras canturrea algo que suena a práctica, práctica, dejando al pelirrojo con la misma pregunta que nos hemos hecho todos... ¿Qué es lo que está practicando?

Ren comenta que ese trabajo es un poco diferente a lo que esperaría de alguien como el rubio que acaba de marcharse, pero Tokiya no tarda en quitar los paños calientes que el saxofonista trata de poner sobre el reciente anuncio diciendo que es exactamente lo contrario al alegre chico de las gafas.

Es entonces cuando Ojitos de Melón llega a interrumpir la charla porque parece tener algo importante que decirles a todos, pero la escena cambia radicalmente a una charla que mantiene la compositora con el otro rubio apartada del grupo: ahí le dice que ha escuchado como Ringo ha dicho que a quien verdaderamente han contratado para el trabajo es a Satsuki, ya que un cámara vio el secuestro del concierto en televisión y le gustó bastante.

Como el resto de sus compañeros de grupo, Otoya pregunta qué es lo que sucede para que ambos parezcan tan alterados, y el más bajo del grupo acaba por acceder a contarle el secreto que su compañero de habitación carga a sus espaldas porque es lo más justo para todos.

Como era de esperar, sus compañeros a duras penas pueden creer las palabras de Syo: ¿cómo una persona puede cambiar de personalidad cuando se quita las gafas? Pero Tokiya no tarda en recordar el secuestro de su concierto cuando solía hacerse llamar HAYATO, y la actitud que mostraba en el escenario era muy diferente a la usual que suele mostrar mientras es Natsuki.

Syo explica entonces que el rubio es incapaz de recordar nada de lo que ha sucedido durante el tiempo que Satsuki ha decidido tomar el control del cuerpo que ambos comparten, lo que hace que tenga aún más lógica que no dijera nada acerca de ese concierto.


Ojitos de Melón comenta que su preocupación viene porque durante el rodaje del anuncio le van a pedir a Shinomiya que se comporte como su otra personalidad, y como bien dice el guitarrista, no le pueden decir nada en absoluto acerca de Satsuki... Será una situación que tendrá que aprender a resolver sin la constante ayuda de su shota.

En un nuevo cambio de escena podemos ver un adorable Natsuki en chibi que, en compañía de un tierno Piyo-chan, canta una canción dedicada a los huevos que pone el susodicho pollo amarillo: es un comercial que grabó hace un tiempo, como comenta Syo cuando su compañero le pide su opinión, pero admite que es bastante bueno aunque se note que está actuando como normalmente se comporta.

Es entonces cuando el más bajo advierte al violinista que no puede hacer el siguiente anuncio exactamente como hizo ese porque sino hará un verdadero lío, pero Natsuki dice que no tiene por qué preocuparse... Cambiando de tema momentáneamente, Shinomiya con curiosidad el montón de cartas que el chico de ojos azules tiene sobre la mesa, y pregunta la procedencia de los papeles que está leyendo, a lo que este responde que son cartas de fans que le mandan sus mejores deseos para que siga trabajando muy duro.


Esto hace que inevitablemente Natsuki se ponga celoso recuerde lo mucho que se esforzó Syo durante la grabación de aquel especial de dos horas del Príncipe de la Lucha a pesar de que en un principio parecía que era incapaz de conseguir hacerlo, y comprende que su compañero se está volviendo cada vez más fuerte por sí mismo, sin necesitar de su ayuda... Exactamente igual que los demás, así que tiene que trabajar muy duro también para no quedarse atrás.

Pero la voz de su compañero de habitación le obliga a salir de sus pensamientos, trayéndole la penosa noticia de que no va a poder ir a verlo el día de su sesión porque tiene trabajo que hacer... Para que su novio no se sintiera solo, el de ojos azules decidió que la mejor compañía con la que podía contar era Nanami, así que le pidió a la chica que asistiera en su lugar.

Que vaya Ojitos de Melón es igual a nada, de todas maneras, porque teniendo en cuenta el pavo que tiene encima... Syo le ordena que haga un buen trabajo con esa sesión, aunque todos sabemos que es su manera de desearle suerte al más alto, y con esto acaba la conversación entre ambos.

Al día siguiente, mientras espera pacientemente que la chica llegue al punto de encuentro dónde se han citado, tenemos a Natsuki terminando de escribir la letra de la canción que le entregó Ojitos de Melón en el primer episodio de esta temporada.

Afortunadamente termina segundos antes de que la compositora haga acto de presencia, y ambos se encaminan hacia el lugar dónde va a tener lugar la sesión entre disculpas: ella, por haber llegado tarde por estar recolectando almas y él por hacerla salir de su rutina de espiar a Tokiya mientras se baña para que no fuera solo, aunque tampoco ha sido gran molestia para ella porque antes había estado con Tomochika.

Entonces el rubio decide pedirle un importante favor a la de cabello corto, que no es otra cosa que le dedique enteramente el día a él: ya que la quiere mucho, mucho - aunque yo creo que lo dice de una forma bastante infantil -, espera que entienda que la quiere toda para él... Ojitos de Melón, como la pobrecita no tiene dos dedos de frente, dice que entiende a pesar de que no ha pillado lo que el más alto quería decirle.

Recordando que acaba de terminar la letra para la canción que ella le entregó, el chico busca dentro de su bolsa el papel que había guardado para poder mostrarle el resultado: Ojitos de Melón se sorprende ante la letra porque expresa una fuerza que normalmente el joven de las gafas no demuestra por su carácter despreocupado e inocente.


Natsuki se ve sorprendido por lo que su ama acompañante dice, y con un semblante de preocupación comienza a explicarle que durante toda su vida se ha sentido como si alguien hubiera estado ahí para protegerle. A pesar de que sea un situación cómoda, no puede continuar de esa forma, y ha decidido que tiene que ser más fuerte para algo que no termina de revelarnos, ya que se disculpa apresuradamente con la chica sin pupilas por haber salido con ese tema de conversación tan raro.

Preguntándole a Haruka si ella lo apoyará con esa resolución que ha tomado, y con la obvia respuesta afirmativa que podríamos obtener de alguien tan predecible como esta tía, cambiamos de escena a los estudios de fotografía.

Ahí nos encontramos con un fotógrafo de voz aguda - yo creía que iban a grabar, pero el sonido de las cámaras al principio me hizo saber que estaba un poco equivocada, por eso espero que perdonéis mi desliz de antes - que no parece estar muy contento con el trabajo que está realizando el chico de ojos verdes: su pose está bien, y no puede tener quejas de cómo acata las órdenes, pero hay algo que le falta... El punto salvaje de su otro yo, Satsuki.

Mientras el rubio se esfuerza todo lo que puede para conseguir los frutos deseados durante su trabajo, Ojitos de Melón aprovecha para enviar un mensaje a todos los miembros restantes de ST☆RISH, dónde les avisa de que el más alto ya ha comenzado a trabajar.

Syo no puede evitar el malestar que le produce saber que no está al lado de su compañero en un momento tan necesario como ese, pero Tokiya no tarda en centrarlo en su trabajo diciendo que como siga preocupándose va a fallar. Éste asiente con la cabeza, porque es algo que sabe.

¡Aunque ya me gustaría ver a mi como reacciona Tokiya si la situación fuera al contrario! Porque recordemos que no pudo evitar durante el quinto capítulo ir a recordarle a Otoya que, como siguiera perdiendo el tiempo ensayando, no iba a llegar a tiempo a la grabación que tenía programada... Ejem, por no hablar de la manera en la que acudió al orfanato dónde se había criado el pelirrojo vestido de oso de peluche con los demás, sólo porque sabía la ilusión que le haría verlo allí.

Dejando un poco de lado la actitud contradictoria del que anteriormente era conocido como HAYATO, volvemos a la sesión de fotos en la que Natsuki está poniendo su mejor esfuerzo para cumplir con las expectativas de lo que está pidiéndole el cámara... Éste último se muestra bastante decepcionado porque el rubio es bastante diferente a lo que creía que era, pero de todas maneras no pierde la esperanza y quiere continuar trabajando con el chico.

Entre la sucesión de fotos y los vanos intentos del fotógrafo por hacer que el rubio muestre un lado mucho más masculino de sí mismo, acaba llegando la hora del almuerzo, así que ambos jóvenes salen fuera del estudio para tomar un respiro.

Después de un fracaso tan estrepitoso en sus intentos por parecer más masculino - nunca pensé que escribiría esto de un personaje que, en efecto, es hombre... xD -, el rubio acaba por percatarse de que ser fuerte es mucho más complicado de lo que había pensado en un principio y se da cuenta de lo patética que es la situación. Por supuesto, Ojitos de Melón trata de animarlo diciendo que ella sí cree que Natsuki sea capaz de atraer almas para que ella pueda obtener su almuerzo también conseguirlo, porque en la letra de su canción expresaba ese fuerte deseo que tenía por cambiar.

Ésto parece hacer que el joven se sienta un poco mejor consigo mismo, y decidiendo que no es el momento para desanimarse por algo como eso, le comenta a Haruka que tiene un plan secreto que le ha sugerido el cámara para lograr su objetivo: quitarse las gafas.


El monstruo ha despertado.

Lo primero que hace Satsuki una vez que ha podido tomar el control del cuerpo que comparte con el dulce chico rubio es increparle a la compositora si realmente cree que puede ayudar en algo al joven de ojos verdes, a lo que esta responde con un murmullo acobardado en vez de quitarse de en medio como haría una persona normal que ya sabe qué es capaz de hacer ese loco.

El único que puede proteger a Natsuki de cualquiera que intente dañarlo es el mismo Satsuki, como bien dice éste, y la gente más peligrosa es aquella que se comporta como Ojitos de Melón: pretendiendo ser amables para acercarse a su personalidad más dulce...

¡¡DIOS, HASTA QUE ALGUIEN SE DA CUENTA DE LO QUE ESTÁ PASANDO AHÍ!!
Y ha tenido que ser, además, la otra personalidad de Natsuki... Es decir, alguien inexistente.

Entre pétalos de rosa que revolotean en un fondo negro se puede escuchar la voz de una mujer adulando al rubio con palabras muy amables; es esa misma voz la que le pide al chico que le deje oír nuevamente la canción que había compuesto hace algún tiempo, repitiendo las mismas palabras de ánimo que Ojitos de Melón había dedicado al chico de las gafas antes de que éste decidiera deshacerse de ellas.


Lo siguiente que vemos son un montón de partituras tiradas, seguidas de un espejo en el que se refleja la imagen de un Natsuki con unos cuantos años de menos que no tarda en romperse... La voz que habíamos escuchado era la de la antigua profesora de violín que tenía el chico de ojos verdes, de la cual estaba enamorado, y aprovechándose del impresionante talento que tenía el menor para la música decidió robar esa canción que había compuesto para ella - de nombre Satsuki, por cierto - y desaparecer de su vida: ese fue el nacimiento de su otra personalidad, provocado por la desesperación de una situación como esa.

Por ese mismo motivo el rubio piensa suplir a Natsuki por el momento, y con un fuerte pisotón que destroza las gafas que había dejado caer anteriormente su otra personalidad acaba por tomar entre sus brazos - y de una forma en absoluto caballerosa - a Ojitos de Melón, que no hace ni un sólo movimiento para tratar de librarse de él cuando se acerca para besarla.
¡¿Pero quieres hacer algo para tratar de salvar la virginidad de tu boca traga-almas, hija mía?! No tengo otra explicación para su repentina petrificación que no sea el hecho de que quiere tratar de bebr el espíritu de ambos aprovechando ese beso, porque en una situación así cualquier chica normal gritaría o, al menos, forcejearía tratando de escapar...

El caso es que justo cuando va a tomar la boca de la joven, la dulce voz del otro rubio interrumpe lo que ambos estaban a punto de hacer... ¡Salvándole al vida a Satsuki, porque recordemos que Ojitos de Melón quería robarle su alma! Y de paso provocando una escena que podría figurar dentro de los culebrones más típicos de la tarde.

¿¡Por qué, Natsuki Satsuki Pedro Alfonso Patricio Eusevio Shinomiya de todos los Ángeles y las Rosas!?

La otra personalidad del rubio no está en absoluto contento por la llegada de los tres compañeros de grupo uno de ellos de cama de Natsuki, así que los encara, momento que aprovecha Ojitos de Melón para recuperar con mucho tino la movilidad que había perdido y recogiendo las gafas rotas de Natsuki del suelo: pero como si fuera un verdadero animal, Satsuki se percata de lo que está planeando la joven sin pupilas y acaba por arrebatarle las dichosas gafas de un fuerte golpe en las manos...

Ésto hace que Syo entre en acción de una manera que nos hace suponer la inteligencia que tiene el pobre bajo su sombrero: ninguna, porque sabiendo que es tremendamente violento lo ha llamado idiota. De todas maneras el rubio trata de enfrentar al más alto con todas sus fuerzas, teniendo que esquivar a duras penas la lluvia de patadas y puñetazos que caen repentinamente sobre él.

¡Éste es el verdadero poder de la flexibilidad que conseguí en la cama contigo!

...Pero aunque su coeficiente intelectual deje mucho que desear en un primer momento, el chico que tiene las uñas pintadas en negro no tarda en demostrar que es más inteligente - o tiene un sentido del peligro mucho mayor - que nuestra enviada de Satanás Haruka, y echa a correr en dirección contraria mientras la otra personalidad de Natsuki lo persigue gruñendo como una verdadera bestia en celo, ¡eso te pasa por recordarle lo que eres capaz de hacer sobre un colchón, tonto!

Por suerte, parece que tanto Otoya como Tokiya recuperan la movilidad de sus cuerpos: recordando que están en una situación de extrema gravedad, aprovechan que el chico de ojos azules está entreteniendo al monstruo que acaba de desatar el hecho de que se hayan combinado Ojitos de Melón junto a un fotógrafo un poco bocazas para ir a rescatar las gafas que ha perdido.

Mientras tanto, Satsuki avanza hacia el otro violinista - que le acaba dar muy buena cuenta de su trasero, por cierto - hasta que acaba por acorralarlo contra la barandilla como si fuera una presa a la que está a punto de darle caza.

El pelirrojo, con las gafas que su compañero ha perdido, no tarda en posicionarse de la manera más sigilosa que puede tras éste para intentar ponerle las gafas: pero con ese instinto animal que parece caracterizar a la otra personalidad del rubio, Satsuki se gira violentamente paraevitar que cumpla su cometido... Otoya, asustado, retrocede un par de pasos y es la pérdida de terreno que aprovecha el que ya no tiene las gafas para impulsarse en algo de madera y saltar por encima de todos ellos, quedando encima de... ¿Eso de madera que no tengo ni la más bendita idea de lo que es?

Tokiya entonces aprovecha el caos en el que se encuentran sus compañeros para llamar a la caballería pesada, a.k.a el par de niños ricos que acaban de terminar el trabajo que tenían por delante: con urgencia, el chico de cabello oscuro le pide al dúo que no tarden en llegar a la azotea porque hay problemas. Aunque no dan más explicación de lo que está sucediendo, aunque Masato intuye que se debe a que ha pasado algo con Natsuki.

...Y espero que se den prisa en llegar, ya que Otoya ha decidido hacerle frente al chico de ojos verdes en una arranque de injustificada valentía que todos sabemos que va a acabar mal: sin hacer caso alguno a la advertencia que lanza el otro rubio, el de ojos rojos se lanza gritando como si la vida se le fuera en ello para tratar de ponerle las gafas, pero lo único que consigue es perderlas debido al empujón que le ha dado el otro cafre.

Es Tokiya quién consigue alcanzar las susodichas lentes antes de que caigan al suelo, usando de punto de sujección el extraño coso indescribible de madera y balanceándose para poder lanzarlas lo suficientemente lejos como para que Jinguji pudiera atraparlas cual Casillas: mientras ellos están ocupados en semejante circo, el pianista no tarda en poner sus manos a disposición de Syo para que éste las use para impulsarse hacia arriba, haciendo un salto mortal que como acabe por resbalar seguro que se abre la cabeza contra el suelo y atrapando las malditas gafas en el aire.



Pero de nada sirve que el joven Kurusu trate de entretener a Satsuki mostrando su bonita tripa de bebé; éste consigue esquivar las gafas con una sorprendente voltereta hasta que acaba por aterrizar en el suelo al mismo tiempo que arranca una red de quién sabe dónde para lanzarla contra tres de sus persecutores (Tokiya y la pareja de oro, literalmente en demasiados sentidos) y quitárselos de en medio: parece que los problemas que están pasando los chicos son los suficientes como para conseguir que Ojitos de Melón se digne a tomar su bolso con urgencia - ya me contarás tú la prisa que le trae a la chiquilla el cogerlo... - y vaya a meter en cintura a esa oveja descarriada para llevarla a su rebaño.

Satsuki se apresura a cerrar una puerta tras él, pero con sus poderes diabólicos dedos la chica es capaz de impedir que termine de hacerlo, y encabezonado está dispuesto a partirle los dedos si con ello consigue trabajar en el lugar de Natsuki: viendo que es imposible que semejante ser con los ojos extentos de vida pueda comprender lo que esta diciendo, el chico hace uso de la inercia para que la de pelo corto acabe dentro y cierra con pestillo en la cara del resto de ST☆RISH.

Una vez conseguido su objetivo a medias, ambos comienzan a bajar a toda prisa por las escaleras mientras Nanami trata de hacerle entender que aunque el rubio sea un pedazo de pan con azúcar y miel, puede hacer un trabajo como ese solo, porque es su voluntad: una vez llegan dentro del estudio de fotografía es cuando a Ojitos de Melón se le ocurre la genial idea de mostrarle la letra de la canción que ha escrito recientemente el rubio, a lo que Satsuki responde con una risa irónica porque es una letra que claramente ha sido escrita para la demoníaca joven, pero es ésta misma quién lo desmiente diciendo que la letra ha sido escrita para él.

"Eso es mentira, zorra, los dos sabemos que es por Syo"

Como el chico parece no estar dispuesto a creer su palabra así como así, Ojitos de Melón comienza leyendo en voz alta la parte de la canción en dónde está mucho más claro que se está refiriendo a su segunda personalidad: los verdaderos sentimientos que Natsuki - al comenzar el capítulo - le ha expresado a la compositora, acerca de cambiar o de convertirse en alguien más fuerte acaban por llegar hasta Satsuki, quién se pregunta en qué momento a cambiado.

...Como todo lo que sucede en éste anime es tremendamente aleatorio, cierto castaño con sangre real hace acto de presencia mientras Satsuki se debate entre los verdaderos sentimientos que ha profesado tener su verdadero "yo" y la ansia de continuar protegiéndolo para que nada le haga daño.

Creo que Camus debería empezar a tomarse de un modo mucho más serio las enseñanzas que le da a su aprendiz, ya que el pobre tonto sonríe alegremente diciendo que las gafas son parte de su disfraz, que a su misma vez es algo indispensable para un buen idol.

Es entonces cuando Satsuki dice que comprende los motivos por los que le gusta a Natsuki - yo no, ¿vuelves a explicármelos, por favor? - y se acaba por poner las gafas, volviendo a ser la persona dulce siempre ha sido... Y dejando a Cecil sin saber bien qué narices acaba de pasar en ese momento, pero como el problema está solucionado por fin, la chica de cabello corto solo se deja caer como si estuviera muerta.


...Y con su canción de fondo es cuando comienza a modelar como el fotógrafo realmente quería, dando un aspecto de lo más salvaje gracias a las gafas de sol - no me preguntéis por qué, ya que yo tampoco lo entiendo - que ha tomado prestadas de Cecil, quién gimotea un poco desde el backstage porque eran suyas y se las han birlado xD ¡pobre gatito, nadie toma en cuenta sus sentimientos!

...Aunque no voy a darle la razón al fotógrafo que ha dicho antes que tiene un aspecto muy salvaje, sí que tengo que condecederle que esas gafas de sol le sientan de miedo (a diferencia de cómo le quedaban al castaño), y todos sus compañeros observan tanto sorprendidos como orgullosos las fotos que le están tomando al chico, que acaba bailando con Ojitos de Melón en un fondo de estrellas dónde la constelación de Sirius brilla de fondo.

En el que parece ser el último cambio de escena que vamos a pasar durante este episodio, el chico de ojos verdes se acerca a la compositora que está sentada en el banco que anteriormente había sido testigo de como un dulce rubio se transformaba en un psicópata con sed de sangre cuando se quitaba las gafas: va a comunicarle que no solo el comercial ha salido como esperaban, sino que también dejarán que cante la canción que la chica ha compuesto para él en un programa de música... Para variar, acaba dándole las gracias por no hacer absolutamente nada.


Pero como si fuera por arte de magia, los chicos que habían sido despachados brutalmente por Satsuki aparecen para comentar alegremente que la verdad es que Natsuki no parece que haya cambiado en absoluto... Ojitos de Melón - que como ya sabemos, es una erudita de esta vida y la que está por venir - dice que seguramente su otra personalidad seguramente habría comprendido la verdadera fuerza del rubio con el que comparte cuerpo, y nuestro dulce pelirrojo llega a la conclusión de que mientras el corazón del violinista no cambie, todo será maravilloso.

...Volviendo repentinamente a dónde esta nuestro príncipe de Agnapolis todavía en depresión por sus gafas de sol, nos lo encontramos cómodamente tumbado sobre la cama mientras recuerda los momentos que ha vivido en los últimos capítulos: un Natsuki que no es recomendable para menores de dieciocho años y un Ren que se queda desnudo mientras canta para provocar hemorragias nasales a la par que ilumina un estadio entero.

Es entonces cuando Camus llama la atención de su kouhai para que le entregue el informe acerca de lo que ha ido aprendiendo con sus trabajos antes de que se quede dormido, pero la respuesta de que está sobre el escritorio toma por sorpresa al rubio, que comienza a revisarlo en ese mismo momento mientras ALGUIEN llama a la puerta porque no le ha parecido haber dado el por culo suficiente durante este capítulo.

(Por cierto, tiene que ser aterrador leer los informes de Cecil teniendo en cuenta lo que pasa en cada capítulo)


¡Porque la chica no podía esperar hasta el capítulo siguiente para entregarle la bendita canción a Aijima! Especialmente después de todo el retraso que llevaba arrastrando desde hacía un montón de tiempo, pero como la sonrisa de mi pequeño príncipe vale un mundo no me importa tener que contar basura de la pelandrusca esta... Es una lástima que mi pensamiento positivo no sea compartido por cierto conde, ¿verdad?


¿VERDAD?

1 comentario:

  1. Buen trabajo, pimpollo =) se nota que vas cogiendo el ritmo poco a poco, y esta entrada te ha quedado mucho mas divertida.

    Cada vez me quedo mas a rombos con esta serie, tia, no se como no la droppeas... XD

    Y perdona la falta de tildes, pero este teclado que tengo esta medio roto.

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